Al acariciarte
fluyen por mis manos
la corriente de dos ríos ancestrales
que por el Milagro del Amor se vuelven uno
Caminando contigo
mis pies descubren
la danza milenaria de dos sendas
preñadas de recuerdos diferentes
que por el Milagro del Amor
se buscan en un mismo horizonte
En mi vientre puedes encontrar
innumerables semillas
arrancadas de cuajo a inmensos árboles antiguos
-antiguos como el latir mismo de la Vida-
Mi cabeza gira mientras te aguarda impaciente
acariciando logros e inquietudes
conquistadas por mi tribu,
preparándose para saltar al abismo de lo diferente,
transformando la pérdida imaginada
en un profundo vuelo
imposible de sostener
desde una sola orilla
Mi corazón, ¡ay sí, por fin mi corazón enamorado!
cuando mi corazón se extravía junto al tuyo en un único encuentro,
se desnuda de toda pretensión,
y renunciando a su coraza protectora,
vulnerable e inquieto,
se dispone a aprender las profundas lecciones del Amor
que tu mirada alberga.